ORGANON DE LA MEDICINA

Parágrafo 1
La elevada misión del médico, su única misión, es la de restituir al enfermo en su salud, lo que se denomina: curar.

Parágrafo 2
La curación ideal consiste en restituir la salud de manera rápida, suave y permanente, o sea en extirpar y aniquilar la enfermedad en toad su extensión por el camino más breve, seguro e inofensivo, en base a principios fácilmente compresibles.

Parágrafo 3
Si el médico percibe claramente qué es lo que debe ser curado en las enfermedades, es decir en cada caso individual de enfermedad (conocimiento de la enfermedad, signos); si él percibe claramente que hay de curativo en las medicinas, es decir, en cada una de las medicinas (conocimiento de los poderes medicinales) y si él sabe cómo adaptar, de acuerdo a principios claramente definidos, lo que hay de curativo en las medicinas a aquello indudablemente mórbido que ha descubierto en el paciente, de modo que la recuperación deba ser el resultado −adaptación que concierne tanto a la aplicabilidad de la medicina más adecuada según su modo de acción en relación con el caso que se le presenta (selección del remedio, de la medicina adecuada), cuanto al modo exacto de prepararla y cantidad que se ha de requerir (dosis apropiada) y también al período más conveniente en el que la dosis deba repetirse- si finalmente, él conoce los obstáculos que en cada caso se presentan para la recuperación y es sabedor de cómo quitarlos, a fin de que la recuperación pueda ser permanente, tal médico comprende cómo actuar juiciosa y racionalmente y es un verdadero facultativo del arte de curar.

Parágrafo 9
En el hombre en estado de saludo la fuerza vital espiritual, la energía ("dynamis") que anima al cuerpo material (organismo), gobierna con poder irrestricto (autocracia) y subordina todas las partes del organismo a un funcionamiento admirable, armónico, vital, en cuanto concierne a las sensaciones y a las funciones, de modo que nuestra mente intrínseca y dotada de razón puede emplear a ese instrumento viviente y sanativo, sin restricción alguna, en los propósitos más elevados de nuestra existencia.

Parágrafo 10
El organismo material, desprovisto de la fuerza vital, es incapaz de sentir, de funcionar, de defenderse; le si posibles todas sus sensaciones y ejecuta todas las funciones de la vida únicamente por obra de algo viviente, inmaterial (el principio vital) que anima al organismo material tanto en la salud cuanto a la enfermedad.

Parágrafo 11
Cuando una persona cae enferma, es solamente esta fuerza vital, espiritual, autónoma (automática) activa en todo su organismo, la que ha sido perturbada previamente por la influencia dinámica ejercida sobre ella por un agente morbífico hostil a la vida; es solamente el principio vital perturbador hasta tan anormal estado, lo que es capaz de provocar en el organismo esas sensaciones desagradables y predisponerlo a esos procesos irregulares que nosotros denominamos enfermedad; puesto que, cual un poder invisible en sí mismo y sólo conocible por sus efectos sobre el organismo, su perturbación mórbida sólo se hace conocer por la manifestación de la enfermedad en las sensaciones y en las funciones de esas partes del organismo expuestas a los sentidos del observador y del médico, o sea por síntomas mórbidos, y de ningún otro modo puede conocérselo.



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